martes, 28 de junio de 2011

jueves, 2 de junio de 2011

romanticisme arquitectònic

Aquest document ens parla sobre el romanticisme arquitectònic, et sona l'opera de Garnier

Delacroix "La llibertat guiant al poble"

Delacroix "La llibertat guiant al poble"
Quina singularitat aguarda aquest quadre?

Power Point del Afusellament del 3 de Maig de Goya

Power Point del Afusellament del 3 de Maig de Goya

Power Point del Romanticisme i realisme

Power Point del Romanticisme i realisme

domingo, 17 de abril de 2011

ROMÀNIC

Museu Episcopal de Vic
Edu3.cat


GÈNESI D'UN ESTIL DIFÍCIL
Edu3.cat

jueves, 24 de marzo de 2011

Información de la Iglesia de San Miguel de Escalada (León)

Iglesia de San Miguel de Escalada (León)

En los inicios del Siglo X, en el año 913, el abad Alfonso y un grupo de monjes cordobeses levantaron, en un solo año según la inscripción, un monasterio en las tierras de León, reutilizando para ello los vestigios de una anterior iglesia visigoda que habría estado consagrada al Arcángel Miguel.


La iglesia de ese monasterio, que actualmente conocemos con el nombre de San Miguel de la Escalada, sufrió diversas reformas posteriores y añadidos, entre ellos el imponente torreón que sobresale de su silueta (del Siglo XI).



El templo reproduce el modelo basilical más simple y tradicional, estructurándose en tres naves, separadas por columnas sobre las que se levantan arcos de herradura, cabecera tripartita -de herradura al interior y testero plano al exterior- y transepto que no sobresale en planta, acusándose en el espacio interno por la presencia del iconostasio.



Lo más significativo del templo lo encontramos en el lado meridional donde se levantó un pórtico que en un principio constaba de seis arcos, que después fueron aumentados hasta doce, todos ellos recuadrados por un alfiz corrido. Este grupo de columnas sirvió de modelo para la Iglesia de Santiago de Peñalba.



Las tres naves del templo se separan por medio de columnas con capiteles reutilizados, volteándose sobre ellas arcos de herradura. La diafanidad del espacio interior se ve interrumpida por el iconostasio y los canceles que aíslan la cabecera del cuerpo de la iglesia. Los techos se cubren con armadura de madera.


miércoles, 23 de marzo de 2011

Ficha sobre la Iglesia de San Cebrián de Mazote (arte mozarabe)

IGLESIA DE SAN CEBRIÁN DE MAZOTE
El impulso dado a la reconquista por Alfonso III a finales del siglo IX, que llevó la frontera hasta el río Duero, generó la necesidad de repoblar los nuevos territorios, lo que en muchos casos se produjo por cristianos mozárabes que escapaban de Al Andalus en una época en la que se habían complicado mucho sus relaciones con el califato, después del movimiento de los "mártires cristianos" dirigido en Córdoba por San Eulogio y Álvaro y de la creación en la serranía de Ronda de un reino independiente por Omar ben Hafsun, también de origen mozárabe. Una de las zonas más favorecidas por este impulso repoblador, con el completo apoyo de los monarcas leoneses, fue este territorio, protegido de los ataques árabes por el Duero y el Pisuerga y al abrigo de los montes de Torozo, en el que encontramos San Cebrián de Mazote y Santa María de Wamba y, en su entorno próximo, los restos de la magnífica decoración de San Román de Hornija.
Otro hecho a tener en cuenta es que se trata de una zona que ya era de importancia en la época visigoda, pues es muy posible que Wamba, situada a sólo 27km, sea la antigua Gérticos, posible lugar de nacimiento del rey Recesvinto, que habría fundado en ese lugar un monasterio, en el que reposaron sus restos y los de Wamba, sobre el que se reconstruyó Santa María. También parece probado que el rey visigodo Chindasvinto hizo construir un monasterio que posteriormente se convertiría en San Román de Hornija y en el que fue enterrado en el año 653.




Los orígenes de la comunidad religiosa que se estableció en Mazote parecen estar bastante claros. Por el cartulario del Monasterio de San Martín de Castañeda sabemos que en 915 algunos monjes de Mazote se habían trasladado a allí con su abad Martín, suponemos que empujados por la hambruna y la peste que asolaron en esos años la mayoría de la península. De acuerdo con la información del cartulario, adquirieron los derechos sobre unas tierras y unas pesquerías en el lago de Sanabria, que fueron el origen de ese gran monasterio. Esto parece demostrar que antes del 915, la comunidad de San Cebrián estaba completamente formada, posiblemente desde finales del siglo IX o los albores del X. La importancia de la iglesia que se ha conservado nos lleva a pensar que había crecido muy rápidamente y que sólo emigraran al Bierzo una parte de los monjes, manteniéndose la actividad del monasterio, cuya iglesia posiblemente no se acabó de edificar hasta unos años después.

El impulso dado a la reconquista por Alfonso III a finales del siglo IX, que llevó la frontera hasta el río Duero, generó la necesidad de repoblar los nuevos territorios, lo que en muchos casos se produjo por cristianos mozárabes que escapaban de Al Andalus en una época en la que se habían complicado mucho sus relaciones con el califato, después del movimiento de los "mártires cristianos" dirigido en Córdoba por San Eulogio y Álvaro y de la creación en la serranía de Ronda de un reino independiente por Omar ben Hafsun, también de origen mozárabe. Una de las zonas más favorecidas por este impulso repoblador, con el completo apoyo de los monarcas leoneses, fue este territorio, protegido de los ataques árabes por el Duero y el Pisuerga y al abrigo de los montes de Torozo, en el que encontramos San Cebrián de Mazote y Santa María de Wamba y, en su entorno próximo, los restos de la magnífica decoración de San Román de Hornija. Otro hecho a tener en cuenta es que se trata de una zona que ya era de importancia en la época visigoda, pues es muy posible que Wamba, situada a sólo 27km, sea la antigua Gérticos, posible lugar de nacimiento del rey Recesvinto, que habría fundado en ese lugar un monasterio, en el que reposaron sus restos y los de Wamba, sobre el que se reconstruyó Santa María. También parece probado que el rey visigodo Chindasvinto hizo construir un monasterio que posteriormente se convertiría en San Román de Hornija y en el que fue enterrado en el año 653.




Los orígenes de la comunidad religiosa que se estableció en Mazote parecen estar bastante claros. Por el cartulario del Monasterio de San Martín de Castañeda sabemos que en 915 algunos monjes de Mazote se habían trasladado a allí con su abad Martín, suponemos que empujados por la hambruna y la peste que asolaron en esos años la mayoría de la península. De acuerdo con la información del cartulario, adquirieron los derechos sobre unas tierras y unas pesquerías en el lago de Sanabria, que fueron el origen de ese gran monasterio. Esto parece demostrar que antes del 915, la comunidad de San Cebrián estaba completamente formada, posiblemente desde finales del siglo IX o los albores del X. La importancia de la iglesia que se ha conservado nos lleva a pensar que había crecido muy rápidamente y que sólo emigraran al Bierzo una parte de los monjes, manteniéndose la actividad del monasterio, cuya iglesia posiblemente no se acabó de edificar hasta unos años después.



San Cebrián de Mazote, con unas dimensiones de 30m de largo y 14 de ancho, que llega hasta los 16m en el transepto, y unos 11 de altura en la nave central, es la iglesia mozárabe de mayor tamaño que ha llegado hasta nosotros y, además, es un claro ejemplo del eclecticismo al que hemos hecho referencia en relación con el arte visigodo y que se conservó en la época mozárabe, pues en su estructura se mezclan de una forma asombrosamente armónica, elementos y soluciones técnicas procedentes de las múltiples influencias artísticas que habían existido en España en los siglos anteriores.



Construida en mampuesto, con grandes piedras de sillería en las esquinas del edificio, su aspecto exterior es imponente. De este a oeste observamos una triple cabecera plana, de clara reminiscencia asturiana, en la que sobresale el ábside central a semejanza del de Santa María de Lebeña, aunque mientras en aquella los laterales tienen forma de trapecio, en Mazote los muros son paralelos, formando dos ábsides laterales casi cuadrados, con una anchura total de la cabecera de 14m, idéntica a la de las naves. Sin embargo cuando observamos el segundo cuerpo, por su aspecto exterior parece inspirado en las iglesias cruciformes visigodas como Santa Comba de Bande ó San Pedro de la Nave, ya que consiste en una especie de nave de transepto que sobresale un metro por cada lado del resto de la iglesia, de la misma altura que el ábside central y más alta que las naves y los ábsides laterales, con una linterna de crucero en su intersección con la nave central, cuya altura destaca claramente sobre el resto del edificio. La mezcla de elementos de distintos estilos no acaba ahí, pues mientras la estructura del tramo siguiente es la de una basílica clásica de tres naves, de mayor anchura y de mucho mayor altura la central que las laterales, sobre las que se abren cuatro ventanas en arco de herradura a cada lado en los muros de la nave central, el último tramo es un sorprendente ábside occidental, semejante al de Santiago de Peñalba, con una influencia clara de las iglesias norteafricanas de ábsides contrapuestos del siglo V, que se extendieron por el sur y el oeste de la península durante el siglo VI, de las que los restos de la basílica de Vega de Mar nos proporcionan un buen ejemplo. También es interesante observar los contrafuertes de tipo asturiano que existen en los ábsides laterales y en los costados del transepto. El resultado final es un conjunto muy complejo pero armonioso, formado por cuatro volúmenes centrales de distintas alturas y otros tres a cada lado, con diez tejados perfectamente diferenciados a una, dos y tres vertientes. Posteriormente se añadió al ábside occidental una enorme espadaña medieval y un compartimento adosado al costado norte del crucero, que deforman el aspecto actual del conjunto.



La iglesia fue objeto de una importante campaña de restauración que, comenzada en 1932, se prolongó debido a la guerra civil, hasta 1945 y en el último cuarto del siglo XX se han efectuado importantes labores de mantenimiento, encontrándose en un magnífico estado de conservación. En la actualidad se observan claramente - pero sin estridencias - las partes restauradas en el exterior, mientras que en el interior se reconstruyeron algunas bóvedas, todo el cimborrio y el ábside occidental, siendo el resultado un ejemplo que deberían seguir algunos "estilistas" actuales más interesados en dejar su impronta en los monumentos que restauran que en recuperar nuestro acervo cultural.



Al acceder a su interior nos encontramos con un ambiente tan ecléctico y a la vez tan armónico como el que produce su aspecto exterior. En principio, parece que estamos en una iglesia clásica de tipo basilical, con tres naves separadas por altas arquerías soportadas por columnas de mármol sobre basas, en ambos casos posiblemente reutilizadas, terminadas en magníficos capiteles mozárabes. Las tres naves están cubiertas, también al estilo clásico, por techumbre de madera, a dos aguas la central, que fue rehecha en el siglo XVI y alcanza los 11m de altura, y de un único plano las laterales, que sólo llegan hasta los 6m, lo que permite la apertura de las cuatro ventanas a cada lado de la central a las que ya hemos hecho referencia, que proporcionan una magnífica iluminación a toda la iglesia. Pero ese aspecto clásico cambia al observar que los arcos son de amplia herradura, prolongados hasta 3/5 del radio, y con el extradós de curva excéntrica, muy de acuerdo con el estilo califal. El conjunto de las tres naves y las arquerías de herradura, es semejante al de San Miguel de Escalada, aunque de mayor altura, y tiene un claro antecedente en San Juan de Baños.



A partir de aquí, los demás elementos de su estructura, aunque todos ellos con antecedentes en la arquitectura española anterior o de su misma época, forman un conjunto sin precedentes y que tampoco se volverá a encontrar en el arte español o europeo posterior. En efecto, la cabecera está formada por tres ábsides, según el tipo asturiano que ya hemos visto repetirse en varias iglesias mozárabes, pero en este caso mientras los laterales son de planta rectangular, como en Santa María de Lebeña, el central tiene forma de herradura inscrita en un rectángulo, como San Miguel de Escalada, Peñalba y otras iglesias mozárabes, entre las que es necesario destacar su interesante similitud con la forma de la planta de la iglesia excavada de Bobastro, capital del gobierno rebelde al califato que creó Omar ben Hafsun en la serranía de Ronda, que también era basilical de tres naves con transepto y tres ábsides de forma muy semejante a los de Mazote. En ésta el transepto está formado por dos compartimentos curvilíneos, inscritos como el ábside central en un rectángulo, que disponen de puerta al exterior y se comunican con la nave central y con la nave y el ábside laterales mediante arcos de herradura. A veces se ha comparado esta estructura con la de la cabecera triconque que existía en la basílica visigoda de San Acisclo en Córdoba, que conocerían los monjes que crearon Mazote, y con las de Marialba, La Cocosa, San Pedro de Tarrasa y la cripta de San Miguel, también en Tarrasa, pero en todos esos casos se trata iglesias de un sólo ábside al que se añaden los absidiolos, mientras que San Cebrián es una iglesia de tres ábsides, lo que hace suponer un propósito distinto y genera un aspecto muy diferente. Sobre la intersección del crucero con la nave central se levanta un alto cimborrio, cuyos muros se soportan sobre los grandes arcos de herradura que forman el cuadrado del transepto. La iglesia, cuyos accesos son laterales como en la mayoría de las edificadas en la época mozárabe, se cierra por su extremo occidental mediante un ábside de grandes proporciones, contrapuesto a la cabecera, de tipo norteafricano como ya hemos comentado. Su interior tiene también forma de herradura, en este caso de 6m de diámetro, inscrito en un rectángulo, al que se accede por un arco de herradura semejante a los que soportan la linterna del crucero y dispone de una puerta de acceso en su costado sur.



Mención aparte merece su sistema de cobertura. Excepto la zona basilical, cubierta por techo plano de madera, el resto de los espacios está abovedado. Los dos ábsides laterales rectangulares mediante bóvedas de aristas; el central, el contrapuesto y los dos brazos del crucero mediante sofisticadas bóvedas gallonadas, sobre finas impostas de doble moldura cóncava, de distinto número de gajos - cinco en el ábside central, nueve en el opuesto y ocho en los lados del crucero - ya que en todos los casos la bóveda conserva la misma forma que su planta, lo que se resuelve en las del crucero mediante un original sistema formado por una lúnula que se apoya en un rectángulo, como se puede observar en el absidiolo del costado sur, en el que los restauradores dejaron dos de estas lúnulas al descubierto. En cuanto al cimborrio del transepto, que había desaparecido, aunque Gómez Moreno había sugerido una cobertura en madera a cuatro aguas debido a la poca fortaleza de los muros que la soportaban, en la restauración se reconstruyó imitando a la de Peñalba, mediante una bóveda gallonada, que arranca de cuatro arcos adosados en los muros que se unen en las esquinas mediante ménsulas en forma de cuarto de pirámide.



También resulta muy interesante la forma en que se ha resuelto la diferencia de tamaño de los distintos tipos de arco que encontramos en nuestra iglesia, todos ellos de herradura y prolongados aproximadamente 3/5 del radio. En efecto, la zona central está definida por cinco arcos del mismo tamaño a cada lado, un arco de mayor altura que da entrada al ábside occidental y en el lado este el transepto, formado por tres arcos de gran tamaño más el de la entrada al ábside principal algo menor, semejante al del contrapuesto. Los arcos laterales se apoyan sobre las cuatro columnas que separan las naves y acaban en sendas columnas adosadas a los muros del ábside occidental y del crucero, a los que se adosan también las columnas que soportan el resto de los arcos de mayor tamaño de la zona central. Al contrario que en Lebeña, en la que las columnas adosadas a un pilar son de distinta altura, dependiendo del tamaño de cada arco, en San Cebrián de Mazote todas las columnas son de la misma altura excepto la que soporta el arco de la nave lateral, para lo que se ha reducido la parte visible del trasdós en los arcos más grandes. El efecto visual que produce el conjunto de arcos de distinto tamaño partiendo de columnas semejantes resulta muy interesante y de gran originalidad.



No menos interesante es la decoración esculpida que en ella encontramos, de la misma época que la iglesia y labrada a trépano. Además de un capitel mozárabe convertido en pila de agua bendita y un bloque de piedra, con decoración figurativa, que posiblemente proviene de un cancel hoy desaparecido, los capiteles que soportan los arcos forman uno de los conjuntos de mayor importancia del arte mozárabe. En ellos se puede observar todo el desarrollo de un tipo de decoración nuevo y de una gran calidad. En efecto, desde un primer grupo de capiteles -los situados en las columnas exentas de las arquerías laterales y en el arco del contraábside- de decoración muy sencilla a base de hojas de palmera del tipo de Priesca y clara ascendencia asturiana, avanzando por la nave central desde el ábside occidental hacia la cabecera, vamos siguiendo el desarrollo de un estilo propio en el que vamos pasando por dos capiteles de imitación muy libre del tipo bizantino del siglo V a otros cuatro que representan el florecimiento del estilo de los anteriores, ampliando la decoración más esquemática, a la que se añaden motivos geométricos, y llegando en los dos más próximos al transepto a una calidad de la talla y una invención decorativa de gran equilibrio y belleza, que sitúan la escultura mozárabe en su más alta expresión y tendrá su continuación en los grandes capiteles que se han conservado en San Román de Hornija.



San Cebrián de Mazote es, con su compleja estructura en la que encontramos elementos paleocristianos, norteafricanos, visigodos, asturianos y árabes que dan forman a una obra de gran originalidad, además de uno de los monumentos más importantes del Arte Prerrománico Español que ha llegado hasta nosotros, un claro ejemplo de la calidad, tanto técnica como estética que se alcanzó en una época tan difícil y, sobre todo, de la libertad que tenían sus creadores para, utilizando sin condicionantes previos todas las influencias artísticas que se habían ido sedimentando en España durante los seis siglos precedentes, desarrollar nuevas soluciones y corrientes artísticas, lo que nos lleva a pensar en hasta donde hubiera podido llegar el arte prerrománico español si no hubiera sido yugulado por la reforma gregoriana y el arte románico al que tanto aportó.



Tampoco podemos dejar de felicitar a los responsables de su restauración a mediados del siglo pasado y de su mantenimiento y conservación actual, por el magnífico estado del edificio y por el respeto que han demostrado a lo que suponemos que fue su estructura y estética original, a diferencia de lo que está sucediendo en la actualidad con otros monumentos medievales españoles.

lunes, 21 de marzo de 2011

Webquest la Alahambra

Vamos a realizar una webquest sobre la Alhambra de Granada, es decir sobre nuestro legado nazarí. a través de esta página encontrarás toda la información.

http://legado-andaluz.webgarden.es/menu/recursos/la-alhambra-y-otros-edificios

sábado, 19 de febrero de 2011

LA Domus de Trebius Valens, S.I , POMPEYA

La Domus de Trebius Valens, S.I a.C , Pompeya


Centrándonos en la vivienda de época imperial, objeto de este trabajo, debe considerarse como una evolución del simple espacio de la cabaña villanoviana y lacial del siglo VII a.n.e. a las casas rectangulares y de composición compleja reflejadas en los tipos pompeyanos. La pompeyana Casa del Cirujano se nos presenta como claro ejemplo de morada de época republicana con una planta rectangular de cuyo centro, el atrium provisto de un impluvium, se desarrollan los cubicula o habitaciones. Frente a la entrada o fauces se desarrolla el tablinum con sus alae o pequeñas habitaciones adosadas y desde aquí salir al hortus, especie de jardín – huerto. Es la casa patricia por excelencia.

Sin embargo, desde mediados del siglo II a.n.e. como consecuencia del contacto con la edilicia privada helena, se desarrolla una casa más grande (un ejemplo lo tenemos igualmente en Pompeya en la llamada Casa de Pansa) adosada a la antigua denominada de peristilo por construirse un amplio jardín porticado. Su máximo desarrollo lo vemos a finales de la república donde observamos casas patricias con doble peristilo y una habitación muy importante, el triclinium o despacho donde el pater familiae ejerce su auctoritas. Solía ubicarse cerca del peristilo y comenzó a usarse con la costumbre de reclinarse para comer.

Normalmente una domus está precedida por un corredor de acceso desde la calle, el andron, que se divide en dos partes, el vestibulum y las fauces cuyos suelos suelen aparecer adornados con mosaicos, por las cuales se accede al atrium, patio parcialmente cubierto y dotado de un aljibe para recoger el agua de lluvia, el impluvium. En un principio, el atrium era el centro de la casa, donde se cocinaba y por donde salían los humos de la casa por medio de un orificio en el techo Atrium Testustinado). Más tarde, el modesto orificio se convirtió en una verdadera fuente de luz, el compluvium el cual se corresponde con el impluvium. Existen varias clases de Atrios como el Testustinado, es decir, el que está techado, el Toscano que no está soportado por columnas, sino por vigas transversales y el Columnado Tetrástilo, con columnas, aunque si tiene más de cuatro (generalmente 6) recibe el nombre de Corintio. En las domus más señoriales (Fig. 3), en el atrium se coloca una pequeña capilla para dar culto a los lares, los dioses protectores de la familia además de una pequeña mesa de mármol, el cartibulum, recuerdo de la primitiva mesa donde se comía. Dos estancias laterales a ambos lados de la puerta son utilizadas como tabernae, esto es, tiendas que normalmente son alquiladas por el dueño de la casa. En otros casos, estas dos habitaciones son cubicula, es decir, dormitorios. Flaquean el cubiculum dos alae que suelen utilizarse como despensas o habitaciones para el servicio de la casa. El tablinum es una gran sala habilitada como comedor a veces y como despacho otras, completamente abierta al atrium. Si la domus es grande, el tablinum sirve solamente de acceso al peristylum, esto es, el jardín central porticado. En las domus se puede habilitar como comedor una habitación interior especial, el triclinium o despacho y dormitorio del dueño de la casa. Existen numerosas estancias menores en el interior de la domus que son las cocinas, baños, letrinas, pequeñas habitaciones para los esclavos, etc.


Figura 1 . Casa de Trebius Valens en Pompeya. 1.- Vestíbulo. 2.- Atrium. 3.- Impluvium. 4.- Triclinium. 5.- Tablinum. 6.- Sala de recepción. 7.- Cocina. 8.- Baño. 9.- Peristilum. 10.- Fuente. 11.- Triclinium. 12.- Exedra. (Según Stierlin, H. pág. 108)

Relaciones entre vivienda y ciudad: la sociedad romana en la domus

Vitrubio[8] sostiene que la casa debe considerarse como una fachada del estatus social de su dueño y así es entendida dentro del organigrama planimétrico de la ciudad.

Ahora bien, es innegable que el valor catastral del suelo juega un importante papel a la hora de deducir las posibilidades que un ciudadano tiene de habitar una domus. No es lo mismo vivir en una ciudad de provincias que en la Urbe; así, proliferan las insulae (verdaderas casas de vecinos con servicios comunales) en ésta última y será mayoritario el uso de la domus en pequeñas ciudades provinciales.

Una vez que un propietario era dueño del solar para edificar, contaba con la posibilidad de arrendar parte de la estructura (normalmente las dos estancias que flanquean la puerta principal) como tabernae lo cual abarataba bastante el coste del proyecto.

Lo que se convierte pues en indicador del estatus social del dueño del predio es la riqueza de recursos arquitectónicos y el uso de espacios domésticos posibles como uno o varios peristilos, atrios, etc, o al contrario, un simple corredor aunque siempre contarán con elementos indispensables a una domus tales como tabularium, cubicula, fauces, etc.

Por tanto, a mayor complejidad y dimensión de la planta, mayor gradación de riqueza, aunque esto no necesariamente se paraleliza con el ordenamiento social. Así, un liberto rico puede vivir en una mansión digna de un integrante del ordo senatorialis y un caballero en una insula de la Suburra, el barrio más humilde de Roma.

No obstante, no debe olvidarse que la casa se constituye en un espejo que delata a su propietario. Aquí es donde se recibe al vecino, donde se convive con él mediante cenas o entrevistas. Vitrubio nos informa sobre cómo deben construirse estas habitaciones dedicadas a la salutatio en función de la posición social del propietario[9].

En la concepción vitrubiana de la domus, no cabe la plebe, la masa ciudadana, sino una pequeña burguesía de la más variada procedencia que está luchando contra la especulación urbana y el constante aumento del precio del suelo urbano. Por tanto, en Roma sería el orden senatorial y en las ciudades provinciales los curiales, el ordo decurionum y el ordo equester además de pequeños prestamistas, abogados y pedagogos, los detentadores de la posibilidad de construir y habitar una domus.

La casa, en palabras de Pedro Ángel Fernández, se concibe como una sede social en que posición y ocupación prescriben un tipo concreto de morada decorosa y digna (Fernández, P., 1999; pág. 450). Por tanto, en las pequeñas ciudades provinciales, el detentador de una domus será el perteneciente a un determinado estatus social cuyo símbolo será la casa. Sin embargo, ese afán por distinguirse en relación al vecino, conllevará un indiscriminado uso del lujo, a veces rayando el esnobismo, que aumentará considerablemente los gastos en una carrera sin fin por aunar nobleza, lujo, riqueza y, sobre todo, prestigio. Tácito, en sus Annales lo subraya elocuentemente.
Ese afán de prestigio se verá estructurado en las partes de la domus como si se tratara de un ente con vida propia.
Veamos con más detalle algunas de ellas:
El Vestibulum: Se trata del lugar por donde se accede a la domus, esto es, un lugar de permanencia a la espera de que se abran las puertas. A veces, se colocan bancos laterales y aunque privado, se le considera un espacio de uso público. Pueden ser de dos tipos: uno de tradición romana, el descrito anteriormente, y otro más helenizante resultado de un espacio realzado con columnas dando paso al zaguán de entrada. Lo realmente importante de la estancia es su función de espera; es dotar al propietario de una especie de maiestas en relación a sus visitantes. Estos están obligados a esperarle en el vestíbulo, lo cual refleja ese afán de prestigio que caracteriza al habitante de la domus. No obstante, también se alza como una frontera entre la privacidad de la domus y el espacio público.

Lanua, Foris, Ualua o puerta: Es la frontera física entre la privacidad doméstica y el espacio vestibular y abierto al público. Puede aparecer flanqueada de pilastras o semicolumnas y techos arquitrabados, en ese afán por proyectar el estatus social del propietario con una función propagandística y a la vez de aislar y separar la casa de la ciudad. Su protector es el dios Jano, el cual ejerce su función de portero que todo lo ve. Para honrar a un personaje ilustre, se adornaban con laureles como es el caso de Octavio tras recibir del Senado el título de Augustus el año 27 a.n.e

También se colocaban sendos postigos que, en definitiva, eran los que más se usaban pues dado el carácter casi sagrado de la Iuanua, eran estos los más polivalentes. Servían de puertas de servicio y a veces se colocaban enfrentadas a la principal.

El atrium: Tras las fauces, corredor del vestíbulo que da acceso a la vivienda, se encuentra el atrium, verdadero corazón alrededor del cual se desarrolla toda la vivienda. Era allí donde toda la simbología y la parafernalia del dueño se desarrollaba. Sus paredes aparecían decoradas con los méritos alcanzados por el propietario, pues si bien el vestíbulo era el lugar de espera, no es menos cierto que las necesidades del dueño ante un mayor número de visitantes, obligara a hacerlos pasar al atrio. Así, el atrium, aunque espacio privado, cumple una clarísima función social: la de propaganda del dueño de la casa. Se yergue como la parte sobre la cual se articula arquitectónicamente la domus. Así, aparecerá decorado profusamente tal y como leemos en Petronio con columnas y estanques, simbiosis ésta última signo de poderío económico. También pueden aparecer estatuas y los suelos pavimentados con mosaicos como medio de exaltación social y casi siempre, las imagines maiorum, esto es, las representaciones de los antepasados difuntos en los flancos del atrio. A este respecto, es significativo el pasaje relatado por el gran poeta Ovidio].

El tablinum: Muy cercano al atrium, se constituye como una especie de sala donde el propietario despacha con sus visitantes más íntimos. Se aísla del atrio por medio de una cortina o un panel de madera plegable. Es una forma de estructurar el grado de importancia de los visitantes. A algunos se les hace entrar en el tablinum, al resto, en el atrium. Muchas veces y en función de su estratégica situación, los tablinos se utilizan como comedor. Etimológicamente, parece que su nombre deriva de la tabula para comer. Es, en cierto sentido, la sede del poder del propietario de la domus.

El triclinium o comedor principal: Se trata de un comedor tripartito o con tres lechos realizados en mampostería que parece surgir a mediados del siglo I a.n.e. Es allí donde se llevan a cabo las grandes cenas con los invitados más ilustres. En la estación estival, se habilitan triclinios al aire libre, generalmente integrados en los peristilos. Los esclavos serviles se colocaban agachados a los pies de los lechos o de pie junto al dueño a la espera como camarero. En la parte posterior de los lechos se colocan los jóvenes y las mujeres y, si falta espacio, se habilitan sillas de madera. Las posiciones de los triclinios se dividían en imus, medius y summus de izquierda a derecha, destacándose como lugar privilegiado el summus pues es allí donde se coloca al invitado principal aunque para que el propietario sea el centro visual de la totalidad de los invitados se le coloca en el locus medius. Se trata de una ordenada jerarquización social de los invitados en la que la disposición en el triclinium escenifica la maiestas del anfitrión sobre sus comensales.

Otras habitaciones, los oeci: Son pequeños salones generalmente de planta rectangular columnados. Se destinan a recepciones y lugar de reunión del patrono con sus clientes .

El jardín, hortus, peristyulum: Vitrubio utiliza el término griego andronpara denominar a los más antiguos. El hortus o pequeño huerto se desarrolla como un espacio en la parte posterior de la domus destinado al cultivo de vegetales para consumo personal. Sin embargo, este uso va a ir evolucionando en la domus hasta convertirse en un jardín, el peristylum. Tradicionalmente se le ha dado un origen griego aunque tenemos constancia de que ya en Etruria se usaban e incluso casas pompeyanas aparecen con horti columnados datadas en el siglo IV a.n.e. Que es síntoma de poderío social lo leemos en Suetonio al referirse a las costumbres de Octavio y sabemos del gusto de Cicerón de dormir siestas en él.

Decorado suntuosamente con mármoles, pinturas, fuentes, surtidores, etc, es la parte de la casa que más se cuida en reflejar el estatus social del propietario de la domus. Toda la decoración es intencionada. Gira en torno a la presentación del dueño de la casa ante sus visitantes. Es la materialización de un modo de vida suntuoso y acorde con los recursos económicos del dueño. También es la zona donde se lleva a cabo el ocio y el disfrute de la vida debido a la atmósfera sensual que suele crear un jardín.

La zona servil de la casa: Cocinas, culinae, cellae ostiariae, etc: Tienden a ubicarse en zonas marginales de la domus. Las fuentes son parcas en darnos detalles sobre ellas debido, que duda cabe, a que los invitados e incluso el mismo propietario no las visitan. Solamente el ama de casa, la esposa del propietario, es quien controla la actividad en ellas, así lo relata Petronio. Generalmente dichas estancias están comunicadas con la calle mediante postigos motivado por mantener la pureza de la ianua lejos del sector servil.

Tras este breve examen de las partes más importantes de la casa aunque hemos dejado de lado algunas como los cubicula o dormitorios que entendemos pertenecen a la esfera de la privacidad más absoluta, podemos concluir exponiendo algunas líneas generales sobre como se articula la sociedad romana en torno a la casa señorial.

En primer lugar, la elección de una domus como residencia entraña la pertenencia a una clase social media elevada; es la típica residencia de los curiales provinciales pues los gastos no ya de construcción, sino de adquisición del predio, materiales, etc, son desorbitados para gente con pocos recursos económicos.

En segundo lugar, la ubicación en insulae definidas por el gromático entraña una jerarquización dentro de las casas, así, las más cercanas a edificios públicos serán más caras que las alejadas y cercanas a la muralla o puertas de la ciudad.

Un tercer aspecto a destacar es la articulación interna de la casa como exposición del señorío del propietario, como dueño de ese espacio conformado por la domus.

viernes, 18 de febrero de 2011

LA CIUDAD ROMANA

LA CIUDAD ROMANA
La romana es una civilización de carácter marcadamente urbano, un termino acuñado por ellos derivado de Urbs, “ciudad”. Y eran eminentemente prácticos. Este hecho del desarrollo tan marcado de su vida en sociedad como ciudadanos, marca a sus ciudades de una morfología y unas dotaciones características y particulares. La solución eficiente a problemas reales era e la premisa para su desarrollo urbanístico.


La fundacion de las ciudades partia de dos ideas principales:

1.- El ombligo de la Ciudad o “umbilicus” urbis, lugar mágico, donde lo humano se unia al centro de la tierra y a los dioses. Este punto era el centro de toda ciudad (a modo de imitación del Umbilicus Urbis de Roma, que se menciona en el mito de Rómulo y Remo), desde el cual se toman las medidas.



“umbilicus” urbis , en el Foro romano.


El ombligo de la ciudad de Roma, el centro designado de la ciudad desde la que y para que se miden todas las distancias en Roma y el Imperio Romano, está situado en el Foro romano. Fue construido entre la Basílica Emilia, que es anterior a ella, y la basílica Julia, que no tiene, en la época republicana tardía. La rostra, la plataforma desde la cual los oradores se dirigían a los ciudadanos de Roma, fue construida con vistas a él.



Originalmente recubierto de mármol, el ombligo de Roma es ahora una triste estructura de ladrillo de unos dos metros de altura y dos metros de diámetro.



El ombligo se cree que es una estructura separada de la Milliarium Aureum que sirvió con el mismo propósito después de que fue construido en el foro de alrededor del 20 a.C

Desde allí parten a los cuatro puntos cardinales los ejes Cardo y Decumano. El cardo eje norte-sur, y el decumano (doce manos, por las posiciones del sol a lo largo del día) este-oeste. A partir de estos ejes crecerá la:

2. Retícula, una retícula de calles que irán definiendo el espacio urbano. Es una retícula bastante más contundente que la de las ciudades griegas, pues si bien, estas suelen adaptarse al medio, los romanos se imponen al mismo con rotundidad. En el centro de esta retícula, coincidiendo con el cruce de los ejes, se sitúa, del mismo modo que en el modelo griego el agora, el foro, centro de la vida social romana.



Al principio el foro, era tan solo un mercado que se situaba fuera (de ahí nombre) de la ciudad, generalmente al lado de sus puertas y no pasaba de ser, en el mejor de los casos, una pequeña zona porticada. Con posterioridad, a medida que la ciudad romana debe resolver cada vez relaciones más complejas entre sus ciudadanos (relaciones políticas y comerciales, principalmente) el foro se ubica en el centro de la urbe, a la manera del a´gora griega.

3. El limite, venía definido por las puertas, los portales de acceso (lugares donde el arado era portado, portare, según el mito de la fundación de Roma). Sin embargo no fue hasta el siglo III, cuando las invasiones y ataques germanos se convirtieron en una constante, cuando se produjo un amurallamiento riguroso y sistemático de la ciudad.

4. Las dotaciones . no se puede entender la vida urbana de la ciudad romana sin valorar las condiciones de confort a las que llegaron, nuevamente como reflejo de su capacidad de dominio del medio. Cloacas, acueductos, termas públicas y edificios de carácter recreativo (circo, teatro..) poseían para el ciudadano bastante más valor que los propios templos.

Templos que generalmente eran lo último que se completaba en las fundaciones. La ciudad romana era una ciudad de calles limpias y bastante salubres, sobre todo si se la compara con las demás ciudades de la antigüedad.

Por hacer una simple comparación con los modelos griegos, que en un principio toman los romanos como base, a los primeros les preocupa la vivienda privada y a los segundos la vía pública. Los primeros se preocupan de tener una acrópolis en cada ciudad, los segundos piensan en el Circo.

Para ver estas premisas teóricas de manera un poquillo más gráfica, voy a comentar algunos ejemplos de ciudad romana.

Los romanos adoptaron el sistema de cuadriculas griego o trazado hipodámico, utilizado por Hipodamo de Mileto y lo aplicaron en las ciudades.

Por eso las ciudades presentaban un trazado racional, cuadrados o rectangulares , con calles que se cortaban en angulo recto, con plazas y espacios publicos.

El campamento romano

INTRODUCCIÓN


Los romanos articulaban toda su estrategia en base a los campamentos fortificados que albergaban sus legiones. Sus campamentos de invierno o en época de paz eran semipermanentes, construidos de madera y argamasa si eran campamentos eventuales o de piedra si eran campamentos permanentes. Muchos de estos campamentos crecieron hasta convertirse en ciudades, como por ejemplo nuestra española León.





DESARROLLO

Eran los campamentos que los legionarios construían al final de cada marcha de 30 kilómetros o más. Un completo campamento fortificado que era destruido al día siguiente, antes de volver a iniciar la marcha.

En primer lugar se buscaba el lugar ideal. A ser posible una gran llanura con agua cerca. En segundo lugar, un centurión experto en topografía trazaba el rectángulo perfecto (si era posible por el terreno) que habría de contener el campamento ayudado por un instrumento topográfico llamado groma y marcaba con lanzas la posición de las tres avenidas principales del campamento.

Una parte del ejército se colocaba en línea de batalla frente a la zona por la que podría aparecer el enemigo mientras la otra mitad de los legionarios cavaban un foso (fosa) de 4 metros de ancho y tres de profundidad con forma de V. La tierra extraída del foso era apilada formando un terraplén (agger) cubierto en su parte frontal por porciones de tierra con hierba, ya que así permanecería compacto, formando así el famoso agger et fossa. Había tres tipos principales de campamentos de campaña.

- El primero es el campamento de marcha en una zona segura, con un pequeño foso y terraplén

- .El segundo es un campamento de marcha frente al enemigo. El foso y el terraplén se han agrandado.

- El tercero es un campamento de asedio prolongado con murallas formadas por dos muros de piedra con el espacio interior relleno de cascotes. Este fue el tipo de campamento construido por Escipión en el asedio de Numancia, donde se destacó el joven Mario.

Una vez levantado el terraplén, los legionarios clavaban en lo alto las estacas que llevaban atándolas entre sí, formando una sólida empalizada.A medida que eran levantadas las defensas, las unidades iban entrando en el campamento y montando las tiendas ordenadamente; cada tienda se montaba siempre en el mismo lugar como si de una ciudad se tratara, con calles y plazas. Cada ocho legionarios tenían una tienda de cuatro plazas, ya que la mitad del ejército siempre estaba de guardia. Las tiendas se montaban dejando un espacio con el terraplén de unos 30 metros para mantenerlas alejadas de proyectiles lanzados desde el exterior.Así defendían los legionarios las empalizadas llegada la ocasión. Aunque los romanos seguían al pie de la letra la máxima espartana "Que sean los hombres los que defiendan a los muros y no los muros los que defiendan a los hombres". La ventaja táctica de las legiones estaba en el combate en campo abierto, aunque estos campamentos les proporcionaban una seguridad que no conoció ningún otro ejército en campaña en la Antigüedad o en la Edad Media.

El campamento tenía forma rectangular, con cuatro puertas. Los campamentos permanentes conservados tenían las esquinas redondeadas, por lo que supongo que los campamentos provisionales también las tendrían así, ya que eran más fáciles de defender. El campamento estaba cruzado por cuatro grandes avenidas que delimitaban los espacios internos: Via Praetoria, Via Principalis y Via Quintana y Via Decumana. He coloreado en rosa, verde y azul los tres manípulos que formaban una cohorte para que se distinga mejor cómo se colocaban las tiendas de campaña. Los manípulos se disponían de esta forma: las diez tiendas de cada centuria (en color marrón) formaban filas paralelas a la Vía Praetoria, que era el eje longitudinal del campamento, con la tienda del centurión (en color rojo) en el extremo. Al fondo se cercaba un espacio para las veinte mulas del manípulo y entre las tiendas de cada centuria quedaba una espacie de patio que se utilizaba para los menesteres de los legionarios. Polibio resalta que en caso de necesidad, los legionarios podían salir del campamento o acudir a la empalizada rápidamente, ya que las salidas de los espacios de cada manípulo siempre estaban orientadas hacia una de las grandes vías, tal y como vemos en el dibujo.

Conocemos cómo se disponían las tropas en el campamento de los últimos tiempos de la legión manipular gracias a la excelente descripción que nos hace Polibio, pero no tenemos descripciones precisas de un campamento tras la reforma de Mario, por lo que desconocemos algunos detalles que he interpretado personalmente de esta manera:

Sabemos que el grueso de las tropas se acantonaba de la Via Principalis hacia abajo, es decir, en los dos tercios inferiores del campamento. Siguiendo el esquema del campamento típico de la legión manipular que conocemos gracias a Polibio, es fácil deducir que la parte inferior estaba ocupada por ocho cohortes mientras que en la parte superior, en el espacio antes ocupado por los extraordinarii, ahora se situaría la cohorte pretoriana que cumplía la misma función que aquellos, más la cohorte restante, con lo que la disposición de las tropas era casi idéntica a la que tenía un campamento de la legión manipular. En el cruce entre las vías Praetoria y Principalis se alzaba el Praetorium o Pretorio, que era el puesto de mando del campamento (de ahí que se denominara "guardia pretoriana" a las tropas encargadas de la seguridad del Pretorio, es decir: del puesto de mando) y constaba de un espacio cuadrado vallado en cuyo centro se hallaba la tienda del legado al mando de la legión. Cuando el legado estaba allí, en un mástil ondeaba un estandarte de color escarlata para que todos lo supieran. Frente al Pretorio, y a lo largo de la Vía Principalis, se alzaban las tiendas de los seis tribunos, a la derecha del Pretorio la del Praefectus Castrorum, jefe de la legión en ausencia del legado. A ambos lados del Pretorio había dos grandes espacios, el Foro y el Cuestorio donde tenían lugar las asambleas de tropas para asuntos tales como la distribución de la paga, arengas, etc.Un campamento romano podía albergar una cohorte, una legión o un ejército entero, dependiendo de su tamaño. Si el campamento era montado para permanecer por tiempo indefinido se sustituían las tiendas por barracones y la empalizada de estacas por una de troncos, además se construía un Valetudinarium u hospital e instalaciones como talleres, carpinterías, herrerías, establos, etc. y se mejoraban las defensas con torres de dos o tres pisos en las esquinas y lugares estratégicos. Si el campamento a construir fuera a ser permanente toda la estructura, edificios y murallas serían de obra a base de piedra, ladrillos, argamasa, etc.







CONCLUSIÓN

En el año 70 d.C el emperador Vespasiano desmontó el dispositivo militar romano en España. La Península Ibérica, que había resistido durante dos siglos la conquista romana, se había adaptado perfectamente a la nueva situación (los romanos decían que los españoles habían sido los primeros en ser invadidos y los últimos en ser conquistados) consiguiendo un altísimo grado de romanización. Por ello, de las tres legiones de guarnición permanente, tan sólo una quedó en nuestra patria, la Legio VII Gemina. La Séptima Gémina fue trasladada al noroeste de España cerca de las minas que abastecían a Roma de oro. Los legionarios de la VII Gémina construyeron un campamento permanente y se acantonaron para efectuar su servicio de guarnición lo más cómodamente posible. Al poco tiempo, las mujeres de los legionarios (estaba prohibido casarse durante el servicio, pero siempre se hacía la vista gorda) llegaron para instalarse junto a sus maridos y se levantó una aldea para las mujeres y los hijos, y para los padres, y para los primos y para los cuñados... ¡y hasta para las suegras!. Una población de más de 10.000 personas entre soldados y civiles atrajo rápidamente a comerciantes, artesanos, funcionarios (de éstos no nos libra nadie), médicos, etc, etc, etc. Y así, alrededor del campamento fue creciendo una auténtica ciudad. Esa ciudad hoy lleva orgullosa el nombre de León, una derivación fonética de "Legión", una ciudad que muestra orgullosa su milenario pasado como prueba viviente de la Fuerza Creadora de Roma. Por toda Europa, África y Asia hay decenas y decenas de ciudades surgidas de un campamento romano. Casi todas ellas aún conservan en sus milenarios trazados las vías que señalizaron su urbanismo. El legado de Roma es un legado eterno, atemporal, muchas veces invisible a nuestros ojos, pero siempre presente hasta en la forma de una calle o la situación de una plaza.

Ara Pacis de Augusto

LOS RELIEVES DEL ARA PACIS (FRAGMENTO)


ficha técnica:

Relieve del Ara Pacis de Augusto. (13-9 A de C.). Roma. El “Altar de la Paz” fue promovido por el Senado romano para conmemorar los triunfos del emperador Augusto en Hispania y la Galia. Se situó en el Campo de Marte. El estilo histórico es el del relieve histórico-narrativo romano, dentro de la época del Alto Imperio. Se trata de uno de los relieves realizados en mármol blanco que decoran el exterior del altar.



El contexto histórico:

Era el año 13 a.C. Los recientes triunfos de Octavio, que será el primer emperador romano, en la pacificación de los territorios de Hispania y Galia, llevarán al Senado a promover la realización de esta obra, dotada de un profundo contenido simbólico y propagandístico. El primer emperador será comparado con Eneas, mítico fundador de Roma, y con él la ciudad entrará en una nueva Edad de Oro, que será cantada, entre otros poetas, por Virgilio. El nuevo gusto por el mármol, las formas del relieve y los detalles de la vestimenta, definen el clasicismo propio de estos primeros tiempos del imperio. Esta obra recuerda los frisos del Partenón realizados por Fidias en el s. V a de C.



Descripción y análisis formal de la obra:

El ara se alza sobre un alto pedestal escalonado, dentro de un recinto murado de 11 por 10 metros, casi cuadrado, y con dos puertas de acceso, una al este y otra al oeste. Al interior está decorado con relieves de guirnaldas de frutos y flores, símbolo de la prosperidad. En los relieves exteriores encabezaba Augusto una larga procesión que, como la de las Panateneas en el Partenón, se dirigía en dos columnas a la puerta del templo. En los relieves se podía ver al Princeps, a su familia, a sus amigos y colaboradores -Mecenas entre ellos- dirigiéndose al sacrificio en solemne cortejo. Un senado agradecido y un pueblo regenerado asistían al acto, realizadas las escenas con un sobresaliente naturalismo, aunque en un contexto de serena idealización. En los frisos laterales se representa la procesión de la familia imperial y otras personalidades (magistrados, senadores, sacerdotes, etc.), que desfilan silenciosamente, imbuidos de una severa gravedad.

La procesión se enmarca en un espacio rectangular y de forma apaisada; en él, la perspectiva y el uso de distintos planos de intensidad en el relieve y modelado de las figuras, le permiten al autor representar de forma jerarquizada a estos personajes; en un primer plano los principales, en planos inferiores los secundarios. La procesión cíviva no resulta pesada, a pesar de la solemnidad y gravedad del acto, ya que los personajes dialogan entre ellos y se relacionan de manera dinámica. Los niños, situados en el primer plano de la composicion, sobresalen más y convierten sus pies en anécdota. Las figuras, en su conjunto, han sido representadas de forma naturalista, aunque algo idealizadas, y están individualizadas (son retratos), pudiéndose distinguir a Tiberio, Augusto y a su esposa Livia. Los personajes así representados siguen la tradición romana del retrato, tan importante en la representación de los personajes públicos. Los paños han sido tratados con naturalidad, acentuándose así el naturalismo de la composición.



Interpretación y contextualización de la obra:

El relieve histórico romano, caracterizado por su carácter narrativo, recrea con gran realismo y vivacidad escenas (históricas) que subrayan la grandeza del imperio. Estos relieves se esculpen en grandes monumentos conmemorativos, como la obra comentada o en columnas conmemorativas y arcos de triunfo. Los relieves se subordinan a los monumentos arquitectónicos en los que se hallan, por lo que el autor ha de adaptar la escena y la narración al marco

arquitectónico.

La obra propuesta tiene una clara intencionalidad política y una función propagandística, además de conmemorativa. La fundación del imperio adquiere carta de naturaleza en este altar, donde simbolicamente se recrea la consagración de la paz. Hay que recordar que el primer emperador puso fin al período de guerras civiles iniciado tras el asesinato de Julio César y que sus campañas militares contribuyeron a sentar las bases de la “Pax romana”, clave en la prosperidad del imperio y en su afianzamiento posterior. Con augusto se iniciaba una nueva “Edad de Oro” y el Senado y el pueblo de Roma quisieron mostrarse agradecidos.

Los autores de estos relieves se inspiraron en los modelos de la época clásica griega, especialmente en los solemenes frisos (relieves) procesionales realizados por Fidias en el s. V a. de C., que decoraban los muros del Partenón. La influencia de este tipo de obras será enorme en la Historia del arte, ya que a partir del Renacimiento se recuperarán las formas descriptivas del

Relieve clásico.

LA BASÍLICA ROMANA

LA BASÍLICA ROMANA
La basílica romana tuvo múltiples usos, dedicándose a mercado, lugar de transacciones financieras, culto o, más ordinariamente, a la administración de justicia; también se utilizaba como lugar de reunión de los ciudadanos para tratar asuntos comunes. En cuanto a su concepción arquitectónica, se trataba de una gran sala rectangular compuesta por una o más naves (siempre en número impar), en este segundo caso, la central era más ancha y alta y estaba soportada por columnas. La diferencia de alturas se aprovechaba para abrir huecos de iluminación en la parte alta de los muros. En uno de los extremos de la nave principal existía una exedra o ábside, donde se instalaba la presidencia, mientras que la entrada se efectuaba por el extremo opuesto a través de un pórtico. En ocasiones, la puerta de acceso también podía situarse en el centro de uno de los lados mayores.

Basílica de Majencio

BASÍLICA DE MAJENCIO

Detalles:


Autor: Construida bajo el mandato del Emperador Majencio

Tipo: Arquitectura

Fecha de creación: 306-312 d.C.

Periodo: Paleocristiano

Cultura: Anterior al Edicto de Milano


Descripción: La Basílica de Majencio estaba situada en el foro de Roma, y fue construida sobre las ruinas del Templo de la Paz de Vespasiano. Era uno de los edificios romanos más importantes destinado a la administración de justicia, y a los tratos comerciales. Su forma y su planta fue copiada en la era cristiana para construir las primeras iglesias.



Estructura

La basílica de Majencio se dividía en tres naves, una central y dos laterales.La nave central tenía una altura de 35 metros, 3 metros más que las naves laterales; y 80 metros de largo, además de una anchura mayor que las laterales. Así pues, la estructura de la basílica de Majencio es muraria, y las grandes columnas de mármol tienen una función estrictamente decorativa (la prueba es que han caído, y aún se conservan las ménsulas, o parte de ellas). La iluminación se producía a través de las ventanas de las naves laterales, y a través de ventanas termales (semicirculares), abiertas estas últimas en la nave central, de mayor altura que las laterales.



Decoración

Alojaba una estatua colosal de Constantino construida en mármol y bronce dorado. Algunas partes de esta estatua se encuentra en el patio del Palacio de los Conservadores en el Campidoglio de Roma. La decoración principal se concentraba en las columnas de mármol y sobre todo en el artesonado de las bóvedas de cañón.



Actualmente de las ruinas sigue en pie la pared norte.

LAS TERMAS DE CARACALLA

LAS TERMAS DE CARACALLA
ESTRUCTURA



Plano de las Termas AntoninasLas Termas de Caracalla se convirtieron en el complejo de baños más lujoso de toda Roma, y su tamaño fue sólo superado por las Termas de Diocleciano. Sus ruinas son, sin embargo, las más grandes conservadas hoy. El edificio fue construido en cinco años, lo que supone un logro de la ingeniería romana, considerando el tiempo que tardaron y la enormidad del complejo. Las termas contaban con un gran recinto, de más de 400 metros de anchura en los ábsides, y una estructura central en donde se encontraban las termas, propiamente hablando. A su alrededor había un amplio jardín. Para el suministro de agua, se desvió hacia los baños una rama del Aqua Marcia para abastecerlo, que recibió el nombre de Aqua Antoniniana Iovia.



En el siglo III a. C., en la zona en que serían edificadas las termas, había un amplio estanque conocido como Piscina Pública. Cuando en el siglo III d. C., los baños fueron terminados e inaugurados, se encargaron de reemplazar a la antigua piscina.



PARTE NORTE Y SUR

En el área norte había un pórtico, precedido por una serie de habitaciones en dos niveles, en los cuales, probablemente, se ubicaban varias tiendas. Aquel pórtico y aquellas habitaciones servían como soporte estructural de la colina celia. En el lado sur se encontraba el medio estadio, equipado con gradas para los espectadores, y que servían para ocultar las grandes cisternas que había detrás de ellas. En estas cisternas se podía contener un total de 80.000 metros cúbicos de agua. Situadas simétricamente, había dos grandes estancias más que seguramente sirvieron como bibliotecas.



LADO ESTE Y OESTE

En los lados este y oeste se construyeron dos grandes exedras laterales y simétricas. En el espacio central había un ábside precedido por una columnata, con pequeñas habitaciones a cada lado, una de las cuales fue edificada con forma octogonal y cubierta por una cúpula.

AREA CENTRAL
 DEL COMPLEJO
Las habitaciones de las termas se diseñaron simétricamente entorno al eje central de los baños, siguiendo el modelo habitual de la Roma imperial. A ambos lados había dos entradas que llevaban a los vestuarios o apodyteria, que tenían un corredor central que conducía a dos habitaciones a cada lado con bóvedas de cañón. Al igual que el resto del complejo, el suelo estaba decorado con mosaicos. Desde los vestuarios se podía acceder a la palestra (gimnasio), para practicar ejercicios físicos, a cubierto o al aire libre. Los usuarios hacían ejercicios gimnásticos o practicaban la lucha cuerpo a cuerpo, y mano a mano. La zona era un amplio patio sin cubierta, rodeado en tres lados por pórticos, con techo abovedado y suelos de mosaico de espiga. En el otro lado había un amplio semicírculo. Los mosaicos del suelo, del que han sobrevivido grandes fragmentos, en su momento fueron excepcionalmente bellos y de vividos colores. Al finalizar los ejercicios físicos, los romanos podían dirigirse a las termas, usadas conjuntamente por ambos sexos.




El caldarium tenía una enorme sala circular cubierta por una cúpula, de la que se conservan varios pilares de sujeción. La habitación fue diseñada y situada dentro del complejo para recibir la luz del sol a lo largo del día mediante unas grandes ventanas. Sus paredes eran calentadas a través de tubos huecos de terracota. Desde el caldarium se pasaba al tepidarium, en donde originalmente se encontraban dos grandes bañeras a ambos lados. En el centro del edificio estaba ubicada la basílica, cubierta por tres grandes bóvedas de crucería, soportadas por unos imponentes pilares. La natatio era la última estancia a la que se podía acceder. Se trataba de una gran piscina descubierta, hoy sería considerada como una piscina olímpica, que tenía uno de sus muros frente al de la fachada exterior, decorada de nichos con estatuas.

DECORACIÓN

Tan importante como el diseño fue la decoración. Además de los ricos y vívidos mosaicos del suelo, los baños fueron decorados con valiosas obras de arte, como por ejemplo el Hércules descansando o el Toro Farnesio, ambos ahora en el Museo Arqueológico de Nápoles. Los mosaicos no tenían siempre el mismo diseño, en algunas áreas representaban escenas, y en otras había suelos con motivos geométricos.



LOS HORNOS

Las Termas de Caracalla eran un gran complejo de baños de agua caliente. El problema del abastecimiento fue fácilmente resuelto, pero calentar el agua fue un problema más complejo. La solución consistió en un horno interior y otro exterior, en el cual se encontrarían los esclavos avivando las llamas. En función de la habitación a la que estuviera destinada, las aguas se calentaban a una temperatura o a otra. Para mejorar la difusión del calor, se construyó el sistema del hipocausto, bastante práctico y eficaz.

EL CIRCO

EL CIRCO
Pan y circo!! estas eran las necesidades de los romanos…


El circo romano aparte de ser un método de entretenimiento era una herramienta para controlar a la peble junto con los banquetes y la lucha de gladiadores.

Todo esto hacia que la gente se olvidara de sus verdaderos problemas, y tanto los ricos como los pobres tenían un lugar en las gradas.

Circo romano:

El circo romano junto al teatro y al anfiteatro es uno de los centros lúdicos mas importantes de la época.

El circo romano es un recinto alargado, es la instalación mas grande destinada a divertir al público. Tiene unos remates circulares en los extremos, la arena muy alargada estaba destinada para las carreras de caballos. El circo estaba decorado con estatuas y columnas.

En el circo romano se celebraban varias actividades:


1.Exhibiciones de acrobacias a caballo.

2.Carreras de caballos: estas carreras podían ser de varios tipos dependiendo de cuantos caballos se utilizaran. Normalmente las carreras era de cuádrigas (cuatro caballos). Las carreras de cuádrigas empezaban cuando se arrojaba un pañuelo blanco a la arena, este pañuelo era lanzado por un regente ataviado con una máscara ostentosa, bajo él se situaban los corredores, estos esaban detras de una cuerda. Todos los corredores estaban diferenciados unos de otros por el color de su carro.
Él heroe de la carrera era siempre aquel que mas arriesgara su vida. La carrera finalizaba al cabo de 7 vueltas. había 7 delfines para marcar el inicio de cada vuelta. El ganador era felicitado por el emperador.

3. Batallas navales(naumaquia): El emperador que inicio este deporte fue Julio César, este mando crear un lago artificial 3 veces mas grande que la arena del Coliseo en la que entraban hasta 6000 guereros que luchaban a muerte. A diferencia de los gladiadores que era diestros guerreros, los que participaban en estas batallas navales eran condenados a muerte o prisioneros.
Los circos romanos mas famosos que perduran en la actualidad:




• Máximo(en Roma)

• Domiciano(Roma)

• Mérida

• Tarraco(tarragona)

• Calahorra

• Toledo




Columna Trajana 113 d.C

La Columna de Trajano fue levantada en Roma en el año 114 para conmemorar las victorias del emperador Trajano (Itálica, 53 - Roma, 117) sobre los dacios, pueblo que ocupaba territorios de la actual Rumanía. A lo largo de los 30 metros de altura de la columna se desarrollan, en espiral, una serie de bajorrelieves que forman un friso de unos 200 metros de longitud que da 23 veces la vuelta a la columna. El relieve, que estuvo policromado en su origen, detalla, mediante escenas muy concretas, los hechos que tuvieron lugar durante dos campañas victoriosas de Trajano sobre los dacios. La primera (en los años 101-102) se narra en la mitad inferior de la columna y la segunda campaña (años 105-106) en la parte superior, separadas ambas por una imagen de la Victoria. En ellas se representa la partida, trabajos y combates de un ejército. En la parte inferior apreciamos un engrosamiento que se corresponde con el toro de la basa; está decorado con el motivo del laurel.




Este relieve, de ejecución algo ruda y superficies un poco ásperas, consigue sugerir perfectamente la sensación de volumen. Se logra no sólo por la talla sino mediante una incisión bastante marcada en los contornos de las figuras, con lo que se acentúa la línea o dibujo, gracias a la creación de sombras acusadas que perfilan las figuras.



En las distintas escenas se emplea una perspectiva caballera, o sea, que en la representación de las mismas se ha elegido un punto de vista alto que permite ver con más claridad las figuras o elementos que aparecen en segundos o terceros planos. Sin embargo, esto hace que las figuras del fondo se dispongan a modo de planos superpuestos. La profundidad que se logra es limitada, además las escenas tienen poco aire, apenas queda espacio por encima de las cabezas. En algunos elementos se utiliza una cierta gradación del bulto del relieve, de modo que las figuras u objetos que están más al fondo se resuelven mediante un bajorrelieve de menos bulto; esto ayuda a distinguir planos y a sugerir cierta profundidad. Las torsiones y escorzos de algunas figuras contribuyen también a lograr este efecto.



Hay bastantes alusiones ambientales, paisajísticas y arquitectónicas, aunque están hechas a una escala pequeña en comparación con el hombre. Hablar de composición en este caso es muy difícil puesto que ya hemos dicho que las escenas se suceden sin solución de continuidad, enlazando así unas con otras. El movimiento y el dinamismo están presentes en toda la obra, su intensidad varía según el episodio, desde los pasos acompasados de un ejército en formación, hasta el desorden y confusión de la batalla.


La incidencia de la luz sobre una superficie donde el bulto no es uniforme produce la proyección de sombras de distinta intensidad que dan vivacidad al relieve Por otra parte el recurso, ya mencionado, de rehundir ligeramente los contornos en algunas zonas origina unas líneas de sombra más acentuadas que perfilan las figuras, subrayándolas. Tal y como vemos la obra es obvio que no hay color, sin embargo es probable que estuviera policromada.

Es un relieve figurativo de acusado realismo, en el que las figuras tienen un tratamiento anatómico correcto, no muy detallado, puesto que está concebido para ser contemplado a cierta distancia y porque interesa más el conjunto. El realismo, además de en las formas, se aprecia en la concepción general de la obra, en la plasmación de las distintas actitudes en función de la acción que desempeñan, sin idealizaciones y sin responder a arquetipos. El tratamiento del ropaje es austero, el diferente atuendo permite distinguir los diversos grupos representados. Es una obra monumental, aunque aquí sólo vemos un detalle, que pretende conmemorar o, mejor, inmortalizar gestas guerreras.





La disposición del relieve, el atuendo de los personajes, el tema y sobre todo el realismo de la obra, nos llevan a clasificarla como romana. Se trata de un detalle de la Columna Trajana, mandada erigir por este emperador, y dedicada en el año 113 d. de C. Se desconoce el autor. El tema es una de las cuestiones fundamentales en ella. Estamos ante un relieve histórico, género muy cultivado en Roma, en el que se describen los trabajos y hazañas de las tropas de Trajano en sus guerras contra los dacios. Éstas habían tenido lugar sólo unos años antes, entre el 101-102, y el 105-107 d. de C., se trataba, por tanto, de un acontecimiento reciente, que esta columna conmemora.

Formaba parte del conjunto urbanístico del foro de Trajano proyectado por Apolodoro de Damasco. Era el más grande de la Roma de entonces. Todo el conjunto pretendía establecer el principio de la autoridad del emperador, aunque también se intentaba afirmar el papel de Roma en el mundo. Es un monumento de clara propaganda política del emperador que, a lo largo de la columna, aparece algo menos de sesenta veces. Sabemos que el triunfo del año 107 dio pie a diversiones y ceremonias durante 123 días, estas celebraciones eran habituales en Roma y están en relación directa con el desarrollo de la arquitectura conmemorativa y del relieve histórico.




Un aspecto interesante es el realismo y detallismo del relieve que permite ver las sucesivas operaciones que las tropas tuvieron que llevar a cabo, desde la construcción de puentes de barcas hasta la batalla. La historia comienza en la parte inferior, con la representación humanizada del Danubio que contempla el paso de las legiones romanas; continúa sin interrupción hasta media altura del fuste, donde aparece una Victoria escribiendo la crónica de la guerra en un escudo. Esta figura señala el fin de la narración de la 1ª guerra y facilita la diferenciación entre las dos guerras dácicas.



Este detallismo en la narración parece enlazar con la tradición de las pinturas triunfales que se exhibían en lugares públicos y mostraban todas las vicisitudes de las campañas. La columna se levanta sobre un basamento y sobre él tenemos un plinto, la basa decorada con laureles y, a continuación, el fuste y el capitel. Se remataba con un águila que, posteriormente, fue sustituida por una estatua del emperador. (Actualmente tiene una estatua de San Pedro, colocada en 1587.) Su altura total es de 38 m y si descontamos el plinto y la estatua, de 29,78 m, es decir, de cien pies romanos, por eso se la conocía como centenaria. Estas medidas permiten hacernos una idea de su monumentalidad.



Está realizada en mármol de Paros, y el fuste consta de 17 tambores. La banda de los relieves tiene una altura progresivamente mayor a medida que se acerca al capitel, para corregir el efecto contrario producido por la distancia: pasa de 0,89 m a 1,25 m. Su longitud total es de 200 m. Sabemos que iban policromados, aunque no quedan restos. En la parte inferior, en el basamento, estaban las cenizas de Trajano, probablemente trasladadas allí en fecha bastante posterior a su muerte. El interior alberga una escalera de caracol que permite acceder a la parte superior; para iluminarla se abrieron unas saeteras que, en algunas zonas, han estropeado el diseño de los relieves, lo que induce a pensar que en un primer momento no estaba prevista. El monumento no tiene precedentes directos, aunque sí es verdad que en Roma existía desde tiempo atrás la columna como monumento conmemorativo, pero nunca se había dispuesto sobre el fuste una banda continua, envolvente, discurriendo en sentido helicoidal, hasta el capitel; esto hay que considerarlo como una invención del artista. Se convertirá en un prototipo que será seguido en obras posteriores, como la Columna de Marco Aurelio, incluso en monumentos de la era moderna como la Columna de la plaza Vendóme de París.