jueves, 24 de marzo de 2011

Información de la Iglesia de San Miguel de Escalada (León)

Iglesia de San Miguel de Escalada (León)

En los inicios del Siglo X, en el año 913, el abad Alfonso y un grupo de monjes cordobeses levantaron, en un solo año según la inscripción, un monasterio en las tierras de León, reutilizando para ello los vestigios de una anterior iglesia visigoda que habría estado consagrada al Arcángel Miguel.


La iglesia de ese monasterio, que actualmente conocemos con el nombre de San Miguel de la Escalada, sufrió diversas reformas posteriores y añadidos, entre ellos el imponente torreón que sobresale de su silueta (del Siglo XI).



El templo reproduce el modelo basilical más simple y tradicional, estructurándose en tres naves, separadas por columnas sobre las que se levantan arcos de herradura, cabecera tripartita -de herradura al interior y testero plano al exterior- y transepto que no sobresale en planta, acusándose en el espacio interno por la presencia del iconostasio.



Lo más significativo del templo lo encontramos en el lado meridional donde se levantó un pórtico que en un principio constaba de seis arcos, que después fueron aumentados hasta doce, todos ellos recuadrados por un alfiz corrido. Este grupo de columnas sirvió de modelo para la Iglesia de Santiago de Peñalba.



Las tres naves del templo se separan por medio de columnas con capiteles reutilizados, volteándose sobre ellas arcos de herradura. La diafanidad del espacio interior se ve interrumpida por el iconostasio y los canceles que aíslan la cabecera del cuerpo de la iglesia. Los techos se cubren con armadura de madera.


miércoles, 23 de marzo de 2011

Ficha sobre la Iglesia de San Cebrián de Mazote (arte mozarabe)

IGLESIA DE SAN CEBRIÁN DE MAZOTE
El impulso dado a la reconquista por Alfonso III a finales del siglo IX, que llevó la frontera hasta el río Duero, generó la necesidad de repoblar los nuevos territorios, lo que en muchos casos se produjo por cristianos mozárabes que escapaban de Al Andalus en una época en la que se habían complicado mucho sus relaciones con el califato, después del movimiento de los "mártires cristianos" dirigido en Córdoba por San Eulogio y Álvaro y de la creación en la serranía de Ronda de un reino independiente por Omar ben Hafsun, también de origen mozárabe. Una de las zonas más favorecidas por este impulso repoblador, con el completo apoyo de los monarcas leoneses, fue este territorio, protegido de los ataques árabes por el Duero y el Pisuerga y al abrigo de los montes de Torozo, en el que encontramos San Cebrián de Mazote y Santa María de Wamba y, en su entorno próximo, los restos de la magnífica decoración de San Román de Hornija.
Otro hecho a tener en cuenta es que se trata de una zona que ya era de importancia en la época visigoda, pues es muy posible que Wamba, situada a sólo 27km, sea la antigua Gérticos, posible lugar de nacimiento del rey Recesvinto, que habría fundado en ese lugar un monasterio, en el que reposaron sus restos y los de Wamba, sobre el que se reconstruyó Santa María. También parece probado que el rey visigodo Chindasvinto hizo construir un monasterio que posteriormente se convertiría en San Román de Hornija y en el que fue enterrado en el año 653.




Los orígenes de la comunidad religiosa que se estableció en Mazote parecen estar bastante claros. Por el cartulario del Monasterio de San Martín de Castañeda sabemos que en 915 algunos monjes de Mazote se habían trasladado a allí con su abad Martín, suponemos que empujados por la hambruna y la peste que asolaron en esos años la mayoría de la península. De acuerdo con la información del cartulario, adquirieron los derechos sobre unas tierras y unas pesquerías en el lago de Sanabria, que fueron el origen de ese gran monasterio. Esto parece demostrar que antes del 915, la comunidad de San Cebrián estaba completamente formada, posiblemente desde finales del siglo IX o los albores del X. La importancia de la iglesia que se ha conservado nos lleva a pensar que había crecido muy rápidamente y que sólo emigraran al Bierzo una parte de los monjes, manteniéndose la actividad del monasterio, cuya iglesia posiblemente no se acabó de edificar hasta unos años después.

El impulso dado a la reconquista por Alfonso III a finales del siglo IX, que llevó la frontera hasta el río Duero, generó la necesidad de repoblar los nuevos territorios, lo que en muchos casos se produjo por cristianos mozárabes que escapaban de Al Andalus en una época en la que se habían complicado mucho sus relaciones con el califato, después del movimiento de los "mártires cristianos" dirigido en Córdoba por San Eulogio y Álvaro y de la creación en la serranía de Ronda de un reino independiente por Omar ben Hafsun, también de origen mozárabe. Una de las zonas más favorecidas por este impulso repoblador, con el completo apoyo de los monarcas leoneses, fue este territorio, protegido de los ataques árabes por el Duero y el Pisuerga y al abrigo de los montes de Torozo, en el que encontramos San Cebrián de Mazote y Santa María de Wamba y, en su entorno próximo, los restos de la magnífica decoración de San Román de Hornija. Otro hecho a tener en cuenta es que se trata de una zona que ya era de importancia en la época visigoda, pues es muy posible que Wamba, situada a sólo 27km, sea la antigua Gérticos, posible lugar de nacimiento del rey Recesvinto, que habría fundado en ese lugar un monasterio, en el que reposaron sus restos y los de Wamba, sobre el que se reconstruyó Santa María. También parece probado que el rey visigodo Chindasvinto hizo construir un monasterio que posteriormente se convertiría en San Román de Hornija y en el que fue enterrado en el año 653.




Los orígenes de la comunidad religiosa que se estableció en Mazote parecen estar bastante claros. Por el cartulario del Monasterio de San Martín de Castañeda sabemos que en 915 algunos monjes de Mazote se habían trasladado a allí con su abad Martín, suponemos que empujados por la hambruna y la peste que asolaron en esos años la mayoría de la península. De acuerdo con la información del cartulario, adquirieron los derechos sobre unas tierras y unas pesquerías en el lago de Sanabria, que fueron el origen de ese gran monasterio. Esto parece demostrar que antes del 915, la comunidad de San Cebrián estaba completamente formada, posiblemente desde finales del siglo IX o los albores del X. La importancia de la iglesia que se ha conservado nos lleva a pensar que había crecido muy rápidamente y que sólo emigraran al Bierzo una parte de los monjes, manteniéndose la actividad del monasterio, cuya iglesia posiblemente no se acabó de edificar hasta unos años después.



San Cebrián de Mazote, con unas dimensiones de 30m de largo y 14 de ancho, que llega hasta los 16m en el transepto, y unos 11 de altura en la nave central, es la iglesia mozárabe de mayor tamaño que ha llegado hasta nosotros y, además, es un claro ejemplo del eclecticismo al que hemos hecho referencia en relación con el arte visigodo y que se conservó en la época mozárabe, pues en su estructura se mezclan de una forma asombrosamente armónica, elementos y soluciones técnicas procedentes de las múltiples influencias artísticas que habían existido en España en los siglos anteriores.



Construida en mampuesto, con grandes piedras de sillería en las esquinas del edificio, su aspecto exterior es imponente. De este a oeste observamos una triple cabecera plana, de clara reminiscencia asturiana, en la que sobresale el ábside central a semejanza del de Santa María de Lebeña, aunque mientras en aquella los laterales tienen forma de trapecio, en Mazote los muros son paralelos, formando dos ábsides laterales casi cuadrados, con una anchura total de la cabecera de 14m, idéntica a la de las naves. Sin embargo cuando observamos el segundo cuerpo, por su aspecto exterior parece inspirado en las iglesias cruciformes visigodas como Santa Comba de Bande ó San Pedro de la Nave, ya que consiste en una especie de nave de transepto que sobresale un metro por cada lado del resto de la iglesia, de la misma altura que el ábside central y más alta que las naves y los ábsides laterales, con una linterna de crucero en su intersección con la nave central, cuya altura destaca claramente sobre el resto del edificio. La mezcla de elementos de distintos estilos no acaba ahí, pues mientras la estructura del tramo siguiente es la de una basílica clásica de tres naves, de mayor anchura y de mucho mayor altura la central que las laterales, sobre las que se abren cuatro ventanas en arco de herradura a cada lado en los muros de la nave central, el último tramo es un sorprendente ábside occidental, semejante al de Santiago de Peñalba, con una influencia clara de las iglesias norteafricanas de ábsides contrapuestos del siglo V, que se extendieron por el sur y el oeste de la península durante el siglo VI, de las que los restos de la basílica de Vega de Mar nos proporcionan un buen ejemplo. También es interesante observar los contrafuertes de tipo asturiano que existen en los ábsides laterales y en los costados del transepto. El resultado final es un conjunto muy complejo pero armonioso, formado por cuatro volúmenes centrales de distintas alturas y otros tres a cada lado, con diez tejados perfectamente diferenciados a una, dos y tres vertientes. Posteriormente se añadió al ábside occidental una enorme espadaña medieval y un compartimento adosado al costado norte del crucero, que deforman el aspecto actual del conjunto.



La iglesia fue objeto de una importante campaña de restauración que, comenzada en 1932, se prolongó debido a la guerra civil, hasta 1945 y en el último cuarto del siglo XX se han efectuado importantes labores de mantenimiento, encontrándose en un magnífico estado de conservación. En la actualidad se observan claramente - pero sin estridencias - las partes restauradas en el exterior, mientras que en el interior se reconstruyeron algunas bóvedas, todo el cimborrio y el ábside occidental, siendo el resultado un ejemplo que deberían seguir algunos "estilistas" actuales más interesados en dejar su impronta en los monumentos que restauran que en recuperar nuestro acervo cultural.



Al acceder a su interior nos encontramos con un ambiente tan ecléctico y a la vez tan armónico como el que produce su aspecto exterior. En principio, parece que estamos en una iglesia clásica de tipo basilical, con tres naves separadas por altas arquerías soportadas por columnas de mármol sobre basas, en ambos casos posiblemente reutilizadas, terminadas en magníficos capiteles mozárabes. Las tres naves están cubiertas, también al estilo clásico, por techumbre de madera, a dos aguas la central, que fue rehecha en el siglo XVI y alcanza los 11m de altura, y de un único plano las laterales, que sólo llegan hasta los 6m, lo que permite la apertura de las cuatro ventanas a cada lado de la central a las que ya hemos hecho referencia, que proporcionan una magnífica iluminación a toda la iglesia. Pero ese aspecto clásico cambia al observar que los arcos son de amplia herradura, prolongados hasta 3/5 del radio, y con el extradós de curva excéntrica, muy de acuerdo con el estilo califal. El conjunto de las tres naves y las arquerías de herradura, es semejante al de San Miguel de Escalada, aunque de mayor altura, y tiene un claro antecedente en San Juan de Baños.



A partir de aquí, los demás elementos de su estructura, aunque todos ellos con antecedentes en la arquitectura española anterior o de su misma época, forman un conjunto sin precedentes y que tampoco se volverá a encontrar en el arte español o europeo posterior. En efecto, la cabecera está formada por tres ábsides, según el tipo asturiano que ya hemos visto repetirse en varias iglesias mozárabes, pero en este caso mientras los laterales son de planta rectangular, como en Santa María de Lebeña, el central tiene forma de herradura inscrita en un rectángulo, como San Miguel de Escalada, Peñalba y otras iglesias mozárabes, entre las que es necesario destacar su interesante similitud con la forma de la planta de la iglesia excavada de Bobastro, capital del gobierno rebelde al califato que creó Omar ben Hafsun en la serranía de Ronda, que también era basilical de tres naves con transepto y tres ábsides de forma muy semejante a los de Mazote. En ésta el transepto está formado por dos compartimentos curvilíneos, inscritos como el ábside central en un rectángulo, que disponen de puerta al exterior y se comunican con la nave central y con la nave y el ábside laterales mediante arcos de herradura. A veces se ha comparado esta estructura con la de la cabecera triconque que existía en la basílica visigoda de San Acisclo en Córdoba, que conocerían los monjes que crearon Mazote, y con las de Marialba, La Cocosa, San Pedro de Tarrasa y la cripta de San Miguel, también en Tarrasa, pero en todos esos casos se trata iglesias de un sólo ábside al que se añaden los absidiolos, mientras que San Cebrián es una iglesia de tres ábsides, lo que hace suponer un propósito distinto y genera un aspecto muy diferente. Sobre la intersección del crucero con la nave central se levanta un alto cimborrio, cuyos muros se soportan sobre los grandes arcos de herradura que forman el cuadrado del transepto. La iglesia, cuyos accesos son laterales como en la mayoría de las edificadas en la época mozárabe, se cierra por su extremo occidental mediante un ábside de grandes proporciones, contrapuesto a la cabecera, de tipo norteafricano como ya hemos comentado. Su interior tiene también forma de herradura, en este caso de 6m de diámetro, inscrito en un rectángulo, al que se accede por un arco de herradura semejante a los que soportan la linterna del crucero y dispone de una puerta de acceso en su costado sur.



Mención aparte merece su sistema de cobertura. Excepto la zona basilical, cubierta por techo plano de madera, el resto de los espacios está abovedado. Los dos ábsides laterales rectangulares mediante bóvedas de aristas; el central, el contrapuesto y los dos brazos del crucero mediante sofisticadas bóvedas gallonadas, sobre finas impostas de doble moldura cóncava, de distinto número de gajos - cinco en el ábside central, nueve en el opuesto y ocho en los lados del crucero - ya que en todos los casos la bóveda conserva la misma forma que su planta, lo que se resuelve en las del crucero mediante un original sistema formado por una lúnula que se apoya en un rectángulo, como se puede observar en el absidiolo del costado sur, en el que los restauradores dejaron dos de estas lúnulas al descubierto. En cuanto al cimborrio del transepto, que había desaparecido, aunque Gómez Moreno había sugerido una cobertura en madera a cuatro aguas debido a la poca fortaleza de los muros que la soportaban, en la restauración se reconstruyó imitando a la de Peñalba, mediante una bóveda gallonada, que arranca de cuatro arcos adosados en los muros que se unen en las esquinas mediante ménsulas en forma de cuarto de pirámide.



También resulta muy interesante la forma en que se ha resuelto la diferencia de tamaño de los distintos tipos de arco que encontramos en nuestra iglesia, todos ellos de herradura y prolongados aproximadamente 3/5 del radio. En efecto, la zona central está definida por cinco arcos del mismo tamaño a cada lado, un arco de mayor altura que da entrada al ábside occidental y en el lado este el transepto, formado por tres arcos de gran tamaño más el de la entrada al ábside principal algo menor, semejante al del contrapuesto. Los arcos laterales se apoyan sobre las cuatro columnas que separan las naves y acaban en sendas columnas adosadas a los muros del ábside occidental y del crucero, a los que se adosan también las columnas que soportan el resto de los arcos de mayor tamaño de la zona central. Al contrario que en Lebeña, en la que las columnas adosadas a un pilar son de distinta altura, dependiendo del tamaño de cada arco, en San Cebrián de Mazote todas las columnas son de la misma altura excepto la que soporta el arco de la nave lateral, para lo que se ha reducido la parte visible del trasdós en los arcos más grandes. El efecto visual que produce el conjunto de arcos de distinto tamaño partiendo de columnas semejantes resulta muy interesante y de gran originalidad.



No menos interesante es la decoración esculpida que en ella encontramos, de la misma época que la iglesia y labrada a trépano. Además de un capitel mozárabe convertido en pila de agua bendita y un bloque de piedra, con decoración figurativa, que posiblemente proviene de un cancel hoy desaparecido, los capiteles que soportan los arcos forman uno de los conjuntos de mayor importancia del arte mozárabe. En ellos se puede observar todo el desarrollo de un tipo de decoración nuevo y de una gran calidad. En efecto, desde un primer grupo de capiteles -los situados en las columnas exentas de las arquerías laterales y en el arco del contraábside- de decoración muy sencilla a base de hojas de palmera del tipo de Priesca y clara ascendencia asturiana, avanzando por la nave central desde el ábside occidental hacia la cabecera, vamos siguiendo el desarrollo de un estilo propio en el que vamos pasando por dos capiteles de imitación muy libre del tipo bizantino del siglo V a otros cuatro que representan el florecimiento del estilo de los anteriores, ampliando la decoración más esquemática, a la que se añaden motivos geométricos, y llegando en los dos más próximos al transepto a una calidad de la talla y una invención decorativa de gran equilibrio y belleza, que sitúan la escultura mozárabe en su más alta expresión y tendrá su continuación en los grandes capiteles que se han conservado en San Román de Hornija.



San Cebrián de Mazote es, con su compleja estructura en la que encontramos elementos paleocristianos, norteafricanos, visigodos, asturianos y árabes que dan forman a una obra de gran originalidad, además de uno de los monumentos más importantes del Arte Prerrománico Español que ha llegado hasta nosotros, un claro ejemplo de la calidad, tanto técnica como estética que se alcanzó en una época tan difícil y, sobre todo, de la libertad que tenían sus creadores para, utilizando sin condicionantes previos todas las influencias artísticas que se habían ido sedimentando en España durante los seis siglos precedentes, desarrollar nuevas soluciones y corrientes artísticas, lo que nos lleva a pensar en hasta donde hubiera podido llegar el arte prerrománico español si no hubiera sido yugulado por la reforma gregoriana y el arte románico al que tanto aportó.



Tampoco podemos dejar de felicitar a los responsables de su restauración a mediados del siglo pasado y de su mantenimiento y conservación actual, por el magnífico estado del edificio y por el respeto que han demostrado a lo que suponemos que fue su estructura y estética original, a diferencia de lo que está sucediendo en la actualidad con otros monumentos medievales españoles.

lunes, 21 de marzo de 2011

Webquest la Alahambra

Vamos a realizar una webquest sobre la Alhambra de Granada, es decir sobre nuestro legado nazarí. a través de esta página encontrarás toda la información.

http://legado-andaluz.webgarden.es/menu/recursos/la-alhambra-y-otros-edificios