lunes, 7 de febrero de 2011

Comentario de la Iglesia de San Martín de Fromista


COMENTARIO DE LA IGLESIA DE SAN MARTÍN DE FRÓMISTA (PALENCIA)




Ya hemos visto en clase cómo abordar el análisis de la planta (la concepción del espacio arquitectónico y los elementos técnicos utilizados por el arquitecto) y el alzado del edificio, así como su volumetría exterior. Lo que se expone a continuación te puede servir para cotejar tu trabajo o, en el caso de que la pereza (esa mala consejera) te haya vencido, comprobar lo que podrías haber aprendido a hacer. En estas notas no se aborda la identificación de la obra, sino el análisis formal y estilístico de la misma.



1. CONCEPCIÓN DEL ESPACIO INTERIOR: análisis de la planta y de los elementos tectónicos.





• La iglesia presenta planta de tres naves y crucero inscrito del tipo basilical con crucero inscrito y tres ábsides semicirculares en la cabecera. La fachada principal, situada en los pies de la iglesia, está flanqueada por dos torres cilíndricas. La nave central es el doble de ancha y de alta que las laterales, lo que induce a pensar en la utilización de un “módulo” arquitectónico.



• El eje predominante es longitudinal (simboliza el “camino de salvación” que el creyente recorre desde los pies de la iglesia hasta el altar, situado en la cabecera).



• Posee una gran unidad arquitectónica, debido a la armonía de sus proporciones.



• Los elementos sustentantes que se emplean son: muros gruesos con escasos vanos (carácter robusto y macizo de este tipo de arquitectura) reforzados por contrafuertes exteriores, pilares cruciformes con columnas adosadas, arcos de medio punto (fajones) que sustentan las bóvedas de cañón que cubren las tres naves de la iglesia y arcos de medio punto sobre pilares que separan las naves laterales de la centras (arcos formeros).



• Las cubiertas son de piedra con forma de bóveda de medio cañón sobre pilares cruciformes con ½ columnas adosadas. Este tipo de cubierta es una de las características más importantes del estilo románico. El cimborrio, que se yergue sobre el crucero, es octogonal y soporta una bóveda semiesférica sobre trompas.





2. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS FORMAL DEL EDIFICIO

El templo se halla construido sobre una plataforma de piedra que realza los volúmenes del edificio. La fachada aparece enmarcada entre dos torres cilíndricas situadas a los pies de la iglesia y presenta pórtico en arco de medio punto con arquivoltas. La fachada está completamente desprovista de ornamentación. El aparejo de los muros es de sillería (piedra bien labrada), dispuesto con suma perfección. Los muros presentan escasos y reducidos vanos. El exterior presenta un contraste de volúmenes con los tres ábsides de la cabecera a diferente altura, que se corresponden con las tres naves que conforman la iglesia; la central de mayor altura que las laterales; esta diferencia de alturas también se aprecia en el crucero, que presenta la misma altura que la nave central. Sobre el transepto se levanta una torre octogonal, llamada cimborrio. El tejado es a doble vertiente con cornisa que sostiene el saliente alero o tejaroz. La iglesia presenta una gran austeridad ornamental en el exterior: las molduras con el llamado taqueado jaqués, los canecillos que sobresalen por debajo del tejaroz y las columnillas adosadas al muro.





EL CONTEXTO HISTÓRICO debería señalar las siguientes circunstancias:



El Románico se enmarca dentro de unas claves políticas, ideológicas, económicas, religiosas y culturales, que cristalizan en la época feudal. Dentro de este contexto hay que singularizar la situación de la Península Ibérica en esta época (s. XI-XII), con unos reinos cristianos ocupando la mitad norte peninsular y en pugna con las taifas musulmanas que ocupaban la mitad sur.

La iglesia está situada en una de las escalas del “Camino de Santiago”, que era (y es) uno de los caminos de peregrinación más importantes de la Edad Media. Las peregrinaciones contribuyeron, en el ámbito de la cristiandad, a la difusión de ideas y de soluciones artísticas, favoreciendo la extensión del estilo Románico. Este estilo, que se perdurará entre los siglos XI-XIII, recupera algunas de las soluciones arquitectónicas de la época romana (de ahí su denominación genérica) y contribuye a reforzar los valores simbólicos de una Cristiandad unificada en la fe e identificada con unas construcciones de piedra que tienen la vocación de perdurar, representando así el carácter eterno de la religión y la iglesia católica. Hay que señalar, por tanto, la dimensión profundamente religiosa del arte románico en general, y de la arquitectura en particular, verdadera expresión del poder de la Iglesia Católica en las sociedades medievales de occidente y refugio de piedra para unas poblaciones campesinas sometidas al miedo y a la superstición.

La iglesia de San martín constituye, en suma, uno de los ejemplos más bellos y armoniosos de la arquitectura románica española. Se halla ubicado en la ruta del “Camino de Santiago”, siendo una de las escalas de la peregrinación jacobea.

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