La cerámica griega

Las pocas muestras de puntura griega conservadas no permiten hacer un estudio evolutivo riguroso en cuanto a temáticas y estilo. Esta pérdida de obras pictóricas se ve parcialmente compensadas por los numerosos ejemplos de decoración: cerámica en ánforas, platos y vasos. En su evolución podemos distinguir tres grandes períodos:


1. Cerámica geométrica (s. X a.C. - VIII a.C.), etapa en la que se reelaboran las formas de cerámica micénica, enriqueciendo la decoración a partir de grecas geométricas y lineales de un gran dinamismo, dispuestas en franjas horizontales y paralelas. A partir del siglo VIII a.C., la figura humana, esquematizada, empezó a ocupar un lugar preeminente.


2. Cerámica arcaica (s. VII a.C. - V a.C.), periodo en el que la figura humana es cada vez más grande y está representada con mayor detallismo. Se distingues dos fases:

La cerámica de figuras negras sobre fondo rojo (cerámica ática), en la que se representan fundamentalmente escenas mitológicas de los poemas épicos de Homero.

La cerámica de figuras rojas sobre fondo negro, decorada con escenas de temáticas más cotidiana, en las que se exhibe una mayor preocupación por el realismo el el detalle.

                                                         La cerámica griega clásica
3. Cerámica clásica (s. V a.C.), periodo de dominio de la decoración de las figuras rojas sobre fondo negro. La figura ocupa todo el espacio compositivo y, en consecuencia, existe una representación escénica más compleja próxima a la pintura. Entre otras técnicas pictóricas destaca el uso de escorzos y sombreados, mostrando una mayor expresión emotiva en los personajes.